Este año arranca con mal augurio y un panorama poco alentador
para los derechos humanos, ya que el gobierno federal no tiene una política clara en la materia, aseveraron defensores de dichas garantías.
Sin embargo, coincidieron en que las recientes sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) –sobre el campo algodonero en Ciudad Juárez, Chihuahua, y el caso Rosendo Radilla, desaparecido durante la llamada guerra sucia, en las que acreditó que el Estado es responsable de violaciones a garantías fundamentales– pueden ser la palanca para activar las escasas acciones del gobierno mexicano en el tema y para que se realicen las reformas necesarias
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